La tuna es una planta originaria de México y muy extendida en diversas regiones de nuestro país como Sicilia, Calabria, Puglia y Cerdeña. Crece de forma espontánea en lugares soleados al abrigo del viento y es muy fácil de cultivar ya que se adapta a cualquier tipo de suelo. En promedio de 2 a 3 metros de altura, se caracteriza por cladodios, grandes “hojas” gruesas de forma ovalada cubiertas de espinas de unos 5 cm de largo.
Sus frutos son amarillo anaranjado en la variedad sulfarina, rojo violáceo en la variedad sanguina y blancos en la variedad muscaredda. Maduran en los meses de julio, agosto, octubre y noviembre. La tuna es suficiente agua de lluvia, pero se puede regar durante la fase de siembra.
Cómo cultivar tunas: multiplicación
Se recomienda la multiplicación entre finales del invierno y principios de la primavera . ¿Cómo hacer? Para sacar la planta de la maceta, envuelva los cladodios con papel de periódico y divida las plantas producidas por la madre. Trasplantar en maceta de terracota o plástico (con fondo drenante para que el agua no se estanque), para rellenar con tierra pobre y no fertilizada. A finales de primavera verano es posible multiplicar las tunas cortándolas . Tome uno de los cladodios para que se seque durante 10 días y luego entiérrelo durante aproximadamente 3/4 de su longitud.
Riego y poda de chumberas
A finales de primavera y verano se recomienda regar la planta una vez cada 2 semanas , evitando el estancamiento hídrico. Sin embargo, entre otoño e invierno, cada 3-4 semanas. La poda de formación debe realizarse en los primeros 3 años de vida, de forma que se favorezca el desarrollo uniforme de la planta. Posteriormente, poda de contención y aclareo.
Finalmente, en cuanto a enfermedades, las tunas son sensibles al ataque de algunos insectos como la mosca de la fruta, la cochinilla y la polilla, capaces de depositar sus huevos en los frutos en maduración, destruyendo el cultivo.